UNA UNIÓN MALÉVOLA
Yo nací en Andalucía, una tierra de
España peculiar en muchos sentidos. Uno de ellos es nuestra forma de hablar.
No es mi intención entrar
ahora en ningún debate ni a favor ni en contra del “habla andalú”.
Los andaluces nos comemos
letras o sílabas de las palabras, le cambiamos el sonido a la “s” y a la “z”, y convertimos frases enteras en una sola palabra (por ejemplo: “pues para ti
todo”, un andaluz diría “popatitó”).
Precisamente esto de unir
palabras es el tema de esta entrada.
Bendecidas por la RAE muchas palabras se unen.
Así
encontramos:
-“Entre tanto o entretanto” (equivalentes, pero en el
sentido de “ínterin o tiempo intermedio” se utiliza “entretanto”).
- “En seguida o enseguida”.
- “Antes de ayer o anteayer (nunca antesdeayer)”.
-“Así mismo o asimismo” (aunque las dos se admiten con el
sentido de “también, además”, la RAE recomienda “así mismo” para “de esa misma
manera” y “asimismo” para “también, además”).
Y ahora… les presento… (redoble de tambor)… SOBRE TODO…
SOBRETODO; la unión más malévola del diccionario porque NO son equivalentes en
absoluto.
Supongo que por inercia con respecto a los ejemplos de
uniones que mencioné anteriormente, incluso entre escritores y periodistas, es
frecuente que aparezcan en algunos textos con el mismo significado. Insisto, NO
es así. “Sobre todo” quiere decir “principalmente, especialmente”, y “sobretodo”
significa “prenda de vestir, larga y con mangas, que se lleva encima de las
demás prendas”.
¡Ay, resulta que los andaluces no somos los únicos en
unir palabras!
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