—Hada madrina ¿podrías concederme un deseo?
—Por
supuesto. Dime…
—Deseo que
conviertas la palabra “tolerancia” en un palíndromo.
—¡Qué…!
—Sí, para
que se lea igual desde la izquierda hacia la derecha y desde la derecha hacia
la izquierda.
—¡Huy… qué
difícil me lo has puesto, Ana!
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