Que sí, que
no…
Quisiera ser
como tú:
una tormenta
que arrasa
con saña,
que arrolla
sin piedad,
que arremete
con furia.
Una tormenta
que jura ser
una brisa refrescante,
un soplo
purificador.
Que no, que
sí…
Quisiera ser
como tú:
capaz de convencer
a los ojos que cegaste con tus relámpagos,
a los oídos
que ensordeciste con tus truenos
y a las
espaldas que quebraste con tu viento despiadado,
para que
busquen refugio en tu ombligo.
Que sí, que
no…
Quisiera ser
como tú:
capaz de arrebatar la compasión derramada sobre
tus víctimas,
para vestirte
de gala con ella
y enternecer
a las estrellas del firmamento.
Que no, que
no…
No quiero
ser como tú.
Comentarios
Publicar un comentario