—Esto… no creerás… esto es un montaje. Eugenia, te lo juro. Esto es un montaje —le repitió con una risa nerviosa mientras hojeaba la revista.
En las páginas interiores,
él aparecía en una sucesión de fotos robadas, junto a una chica, en posturas
muy comprometidas.
—La policía me acaba de
informar de que han interrogado al personal del hotel, a la chica y al fotógrafo.
Todos te han identificado. A pesar de que te registraste con un nombre falso.
—¡Mienten! Con dinero se
puede comprar la verdad y vender la mentira.
—La chica… la de las fotos
—puntualizó Eugenia—, ha descrito algunos detalles de tu anatomía que no están
a la vista. Y si no me equivoco, mañana a más tardar, estará en algún plató de
televisión contando todos los detalles de los casi tres días que pasó contigo.
—¡Eso no prueba nada! —Gritó
Roberto— ¿Y el golpe que tengo en la cabeza? Vamos… dime… —la desafió unos segundos
con la mirada— Y… yo jamás me pondría este ridículo bañador —añadió golpeando
una de las fotos con el dedo, completamente fuera de sí.
—Pues, esta mañana lo
llevabas puesto cuando los chiquillos te encontraron tirado bocarriba en la
escalera que conduce a la playa… la que está junto al hotelito de las fotos. Es
más, tu móvil estaba en uno de los bolsillos del bañador.
—Eso es imposible. Te
repito que he sido drogado, secuestrado y golpeado—dijo Roberto machacando cada
palabra—. Quiero que me hagan un examen toxicológico —pidió esperanzado.
—Ya lo han hecho. Positivo
en alcohol, sólo en alcohol—contestó ella— Te sugiero, por tu bien, que dejes
ya la historia del secuestro si no quieres que la policía te acuse de
inventarte un delito.
—¡Qué estupidez! ¿Para qué
quiero liarme con esa chica cuando tengo a… —Roberto se mordió la lengua. Si
mencionaba a Jacqueline y el plan que habían tramado juntos, los abogados de su
amante y los de ALCUMETSA se lo comerían vivo— una esposa como tú? —dijo
completando la interrogación.
—Gracias, querido —Le
respondió Eugenia, dándose la vuelta para marcharse.
—¡Te vas! ¿No vas a
ayudarme?
—Claro
que sí, mi amor, claro que voy a ayudarte. Voy a pagar la mudanza de todas tus
pertenencias… a tu nuevo domicilio. Hazle llegar a mi abogado tu nueva
dirección.
Eugenia
salió de la habitación sin mirar atrás.
(Mañana último capítulo)
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