La capa de invisibilidad de Harry Potter
Harry Potter no es el único que posee una capa de invisibilidad.
Yo misma, con apenas once años, confeccioné una para que los protagonistas de mi
cuento burlaran a unos terribles piratas que custodiaban un tesoro (por favor,
sed indulgentes: yo tenía once años). Pero, tranquilos... no os castigaré en esta entrada con aquellos
lejanos tiempos (eso… otro día…). La capa de invisibilidad que os quiero
mostrar hoy es la que tenemos los escritores independientes noveles. Os lo
aseguro, es infalible… con ella nadie nos ve. Así que, desde hace unos meses yo
intento trocar la mía por una de visibilidad. Os prometo que he sido fiel a los
“5 consejos para escribir una novela de éxito”, los “7 errores que un escritor
jamás debe cometer”, los “9 pasos para publicar en plataformas digitales y
mantenerse entre los 100 más vendidos”, los “11 puntos para…”; y a la regla
suprema: crear un blog (uno como mínimo) y participar en las redes sociales. “¡Qué aventura más emocionante! Voy a navegar
por internet”, pensé. Me dispuse a aparejar mi barquita (me “chupé” todos los
tutoriales que pude, incluso el de ponerle pestañas al blog) pero cuando estaba
en medio del mar, se levantó un intenso viento que me arrebató el SEO (si es
que alguna vez lo tuve…), nubarrones de WIDGET y GADGET descargaron una lluvia
torrencial. Intenté achicar el agua con un FAVICON. Traté de corregir el rumbo
con un FEED, pero me atacaron unos PLUGINS. Quedé a la deriva, implorando que
acudiera a mi rescate algún WEBINAR mientras arrojaba POSTS por la borda. Sí,
lo confieso, aún soy una náufraga. Y como yo caminé con los dinosaurios, creo
que lo más prudente es que grite: ¡SOS, SOS, SOS…!
Gracias, hasta la próxima pesadilla.
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